Invocando al rey de los caballeros

El atardecer desaparecía en Fuyuki y alrededores dando paso a una joven noche, con algunas nubes en el cielo y el viento corriendo por las calles y cielos de la ciudad, las estrellan esperaban no pasar desaparecidas en esa noche tan calma. El "príncipe" Zaebos ya con los ojos bien abiertos sentía el gusto sobre su piel, esa noche llegaría a su residencia la joven Aina Faustine, un fina señorita de una familia muy reconocida en la ciudad, no importaban los asuntos que allí se discutirían, lo importante era el encuentro en si mismo. Se levanto de su cómoda cama y fue directamente a la ducha, las sirvientas ya lo esperaban con el agua caliente para el.

-Buenas noches príncipe-Le saludaron las dos jóvenes al unisono.

-Buenos días mis jóvenes claveles, espero con ansias por su buen trato-Les respondió sonriendo encantadoramente.

Se metió en la tina, se puso cómodo y las jovencitas bañaron su cuerpo con cuidado y devoción, una bella fragancia se podía disfrutar allí, el agua estaba mezclada con ciertas flores que le daban un olor exquisito el cual al bañarse en ella dejaba dicho aroma impregnado en el cuerpo por muchas horas.

-¿Saben algo de Tomas?-Les pregunto el príncipe como de costumbre.

-El señor Tomas dice que esta todo listo y en orden joven príncipe-Respondió una de las jovencitas, una de las gemelas, Mia le había puesto de nombre Zaebos, un nombre muy adecuado y egocéntrico.

-¿Y que saben de Grace?-Pregunto a sus sirvientas.

-Ella esta en casa, a estas horas es posible que ya estén cerrando el banco-Respondió la hermana de Mia, Rosa la había nombrado el príncipe, ya que le recordada a las rosas en primavera, bella y con una frescura sin igual.

-Excelente trabajo, mis felicitaciones para todos, vayan a descansar un poco, puede que mas tarde necesite de ustedes-Amablemente les había dado un parcial descanso.

-Gracias-Respondieron a la par y se marcharon a tomar un merecido descanso.

Mas tarde el príncipe ya estaba cambiado y a la espera de su visita de esa noche, la joven heredera seria un deleite para sus gustos, el solo invitaba a su casa a las criaturas de alta sociedad y a nadie mas a menos que la situación así lo requiera, el sabia bien como medir al mundo.

-Algunos nacemos para reinar, otros para ser reinados...Y yo espero encontrarme entre los primeros-Se dijo con una sonrisa en el rostro mientras muy cómodo en un sillón disfrutaba de una copa de sangre. Allí esperaba a la joven dama, con su mejor sonrisa.

Pero las personas que esperaban nunca llegaron, por ello debió de prepararse para comenzar por si mismo el ritual de invocación, despues de todo la marca sobre su hombro derecho lo marca como un elegido para la guerra del Grial y sin un Servant que lo proteja estará muerto en menos de lo que canta un gallo.

Así fue que fue a la parte trasera de la casa donde ya tenía todo dispuesto para la invocación. El circulo de oro fundido y algunas inscripciones en plata con varias piedras preciosas adornando las puntas y otros puntos clave, y en el centro Avalon, la funda de la legendaria espada Excalibur perteneciente al rey de los caballeros Arturo Pendragon.

Spoiler:

-Bien, tengo todo listo, ahora todo depende de mí y de nadie más- Dijo el Magus vestido de blanco mientras se prepara para comenzar con el ritual. Su pendiente en forma de flor de plata que cuelga en su oreja derecha brilla y entonces el ritual comenzó.

-Proveer, Proveer, Proveer, Proveer, Proveer, Repetir cinco veces el Tiempo otorgado, Al inicio la Plata y el hierro, Al Principio el Archiduque del Pacto Sobre la Piedra, El fundador es el gran maestro Schweinorg, un Muro contra el viento que desciende, Cerrar las puertas de las cuatro direcciones, Sacar la Corona, Girar al Cruce los tres caminos que llevan al reino, Informo que tu cuerpo me pertenece, mi destino está atado a tu espada, sigue la llamada del Santo grial, y ¡Contesta si aceptas! He aquí mis Ruegos, Solo somos Bondad, alejamos el mal de este mundo, eres los siete mundos vestidos con el alma de tres grandes palabras, ¡Sal del circulo de invocaciones!, ¡Defensor del Equilibrio de Maldiciones!- Los circuitos mágicos del Magus quemaron la vida, liberando gran cantidad de prana, todo dirigido al círculo trazado con oro y plata y sangre. Desconoce Zaebos asi como muchos magos que ellos son solo un puente que conecta el alma del Servant con la realidad siendo el Grial realmente quien pone el mayor poder de su propia parte.

Era... Un desierto y como tierra estaban los cadáveres de mis hombres...


Dolía, la herida que me llevaba a la muerte y la pérdida de mi ejercito que me encaminaba a la tristeza. Mi mano estaba helada, la fuerza que me mantenía apenas sobre tierra era un tormento para mis ojos que se inundaron en lágrimas, tal vez fueron ellas quienes nublaron mi vista. Lágrimas que se hicieron rojizas como la sangre en mis manos y en esta herida que acabaría pronto con todo por lo que había luchado, pero que, por mi propia culpa, terminó por destruirme no solo a mi sino a Camelot y a la confianza del Reino sobre el Rey. Tal vez había sido una mala elección, tal vez Inglaterra no se merecía mi reinado y yo misma los haya llevado a esto, sí, eso era.

Podría haber un mejor Rey, que no los condujera a algo como esto, que le obsequiara a su Reino lo que necesitaba y lo protegiera, al contrario de lo que yo como Rey logré.... Yo.... Lucharía por darle lo mejor a mi Reino así fuese a cambio de mi propio reinado...

Miré hacia atrás apenas por sobre mi hombro, Mordred, quién me había traicionado y herido de muerte junto a mi propia hermana, quien le había dado a luz. Mordred que era un caballero de mi propia sangre había revolucionado al pueblo y éste sin rechistar se alzó en mi contra. Yo que asía mi espada en cada batalla fui la ultima en caer al suelo pero en manos de mi propia gente y ahora, la vista nublada era oscura y solo en mis sentidos se apegaba el nítido olor a sangre. La oscuridad se hizo fría y la sangre se hizo espesa.

Me sentí vagar en esa espesura solo unos segundos, infinitos segundos que me sentaron en mi trono, que posaron la corona en mi cabeza y Excalibur a mi lado me hacía compañía. Fui Rey antes de ser cualquier cosa, había nacido para obtener la corona, corría por mi sangre, la sangre que no siendo diferente a la de ningún otro se desparramo fuera de mi cuerpo. Tuve que admirar el horizonte tantas veces en espera a sangrientas guerras para la protección de mi nación y así lo acepté en el momento en que saqué a Caliburn de la piedra con todo el orgullo y honor del mundo. Tantas luchas.... -Gaia....- Apelé con mi ultima voz a la diosa de la tierra, -Yo, Arturia Pendragón, Predecesor de Uthor Pendragon, Ruego por tu bendición para cumplir con mi deseo...- Mis ultimas palabras me llevaron a caer finalmente.

-Proveer, Proveer, Proveer, Proveer, Proveer, Repetir cinco veces el Tiempo otorgado, Al inicio la Plata y el hierro, Al Principio el Archiduque del Pacto Sobre la Piedra, El fundador es el gran maestro Schweinorg, un Muro contra el viento que desciende, Cerrar las puertas de las cuatro direcciones, Sacar la Corona, Girar al Cruce los tres caminos que llevan al reino, Informo que tu cuerpo me pertenece, mi destino está atado a tu espada...


Era hora ya? Mi batalla estaba a punto de comenzar....


sigue la llamada del Santo grial, y ¡Contesta si aceptas! He aquí mis Ruegos, Solo somos Bondad, alejamos el mal de este mundo, eres los siete mundos vestidos con el alma de tres grandes palabras, ¡Sal del circulo de invocaciones!, ¡Defensor del Equilibrio de Maldiciones!-

Donde sea que yo estuviese, como el Rey de Gran Bretaña lucharía por mi reino hasta el final, como Rey de los Caballeros, lucharía con Honor!
Estiré mi mano al ver una grieta abrirse en el cielo, ese cielo con nubes que se abrían ante mí. Una Arturia de pie con su espada apoyada en el pasto y las manos en el final del mango a la espera de la guerra y entonces sentí el espíritu de mi cuerpo volverse más real.

El circulo de invocación convocó lentamente mi cuerpo armado a la tierra mortal nuevamente, mis ojos cerrados lograban dar mejor precisión ante las sensaciones, así como el aire y la electricidad del ámbiente por el ritual; Al abrirlos me encontré con quién debía ser el hombre que me llamó a esta batalla así que para estar seguros, lo miré a los ojos con la neutralidad de un Rey, si así era correcto llamarlo, con puños cerrados y expresión dura en una firme posición me dirigí a él.

-Soy el Servant Saber.... ahora, le haré una pregunta... Es usted mi Master?

La misión del Magus oriundo de España fue testigo del milagro a través del ritual de invocación que consiguió finalmente traer a un Servant nuevamente a la vida. El esfuerzo de Zaebos fue grande, aunque no es que se haya sacrificado para ello, su sacrificio fue el estudio, alianzas y dinero invertido en el proceso que esa noche llego a su final. El fin del proceso se marco allí, ahora comienza algo diferente lo cual es entablar comunicación con el Espíritu Heroico del pasado y ver si de alguna forma logran congeniar o no.

Extraño es lo que ven sus ojos, juraba que estaba invocando al legendario rey Arturo y en su lugar llego una doncella hermosa al mejor estilo Juana de Arco. Ella posee un hermoso cabello rubio recogido atrás y ojos verdes de expresión en mayor medida seria y atenta. Viendo a esa dama armada frente a el pensó Zaebos en invitarla a una cena romántica con baile incluido y sexo al final antes de que llegue la luz del amanecer, pero al escuchar que ella es Saber y la pregunta sobre y para invocador lo obligan a tomárselo en serio y a responder acorde a las circunstancias.

-Es un gusto conocerte Saber. Yo he sido quien ha llevado la invocación, soy como habrás notado un Magus y  depende de tu respuesta a mis demandas seré tu Master...Yo deseo ser Master del rey de los caballeros, del legendario rey Arturo Pendragon y lo que veo ante mis ojos es una doncella guerrera mas apegada a la historia de Juana de Arco que al propio Arturo. Necesito respuestas Saber ¿En verdad eres Arturo?-Aquel hombre bello y galante frente a la chica tiene muchas dudas, no cree haber errado en su invocación pero sabe que nadie es perfecto y menos en cuanto a la magia se refiere, por esa razón está obligado a preguntar ya que no quiere haya errores ni dudas en un tema tan importante y peligroso como lo es el participar en la guerra por el santo Grial.

Zaebos luce claramente como alguien de la alta sociedad, sus finos rasgos y exquisitos modales así lo demuestran. Aunque aquel Servant no sepa mucho del mundo actual algunas cosas nunca cambian y por ello puede calificar a ese Magus como alguien de importancia dentro de la sociedad.

Al ser invocada en esta época, como servant, gran cantidad de conocimientos se instalaron rápidamente en mi cabeza como una enciclopedia básica, así que al ver el porte y prendas del peliblanco que se encontraba frente a mi supe identificarlo como un hombre de buen vivir, su expresión parecía insegura, curiosa y sobre todo cuestionable ante mi. Como Magus debía saber qué tipo de invocación hacía y mas aun si usaba una reliquia como base del ritual.
Mi mirada se mantuvo firme sobre la suya reconociendolo como el Magus que logró invocarme satisfactoriamente pero su pregunta marcó una ceja alzada en mi rostro.

-Yo deseo ser Master del rey de los caballeros, del legendario rey Arturo Pendragon y lo que veo ante mis ojos es una doncella guerrera mas apegada a la historia de Juana de Arco que al propio Arturo-

-Juana de Arco? De ninguna forma Master... Mi nombre es Arturia Pendragon, legítimo Rey de Inglaterra y no entiendo la similitud con la mujer que menciona...- No tuve alteración por su pregunta pues mi leyenda como tal empezó con mi nombre y género en masculino aunque me impresionó que así continuara; Además yo no encontraba ninguna similitud en lo que él se refería. Primero debía aclarar la situación para que él entendiera la situación. -Rey Arturo es mi título- Expresé para reconfirmar a lo anterior. La firmeza y a la vez nobleza de mi voz era notable, incluso incliné un poco mi cabeza en caballerezca muestra de respeto de Servant a Master. Sin importar que en vida fuera un respetado y honorable Rey, en este momento era un caballero primero, un guerrero, un arma para conseguir el Grial, estaba orgullosa de ello pues eso me denotaba como un espíritu heroíco, era el Rey de los Caballeros y por eso ninguno de mis pasos habían ni iban a titubear nunca.

-Qué le hace dudar de mi identidad?- Pregunté de último mirandolo nuevamente a los ojos. El sello de invocación había desaparecido y solo estabamos él y yo solos en la habitación, sin embargo mis defensas ya habían sido levantadas y desde que comenzó la plática ya me econtraba lista y atenta a todo.

Con todo lo entregado y visto aquel Magus de blanco y la dama de azul y plata frente a frente se cuestionan uno al otro, pero la verdad es que cada uno de ellos es lo que es, nadie se los puede negar, ahora solo falta se comuniquen y se entiendan para llevarse mejor. La joven guerrera luce aun realmente muy seria al mejor estilo soldado mientras Zaebos con sonrisas y dudas observa como ella alza la ceja en su mirar y pasa a responder a su Master muy firme y tranquila sorprendiéndolo aun mas.

-¿Como de un titulo? El mundo cree que el rey Arturo es hombre no una mujer...Desde siempre ha sido una figura masculina...Pero...Se supone que no tiene que haber error en una invocación, no cuando se usa un objeto tan directo como Avalon para realizar el ritual-Cree haber despejado las dudas de Arturia...Arturia...Difícil de creer mas no imposible.-Entonces...Bienvenida al mundo de nuevo reina Arturia Pendragon, lamento las dudas pero espero comprenda mi situación.-Dice ese galante hombre mientras se acerca a la reina para arrodillarse ante ella, tomar su mano con suavidad y besarle la misma. Sea rey o mujer le daba igual, de todas formas tenía que arrodillarse y besarle la mano en respeto y aprecio. Luego de ello se pone de pie y con un ademan de su mano izquierda la invita a dirigirse a la puerta de salida de dicha habitación.

-Permítame mi hermosa y honorable reina mostrarle mi hogar el cual por supuesto espero sea de su agrado-El Magus ya a aceptado a esa mujer como su Servant y espera que ella lo acepte a el también.

No delegué contra la lógica que planteaba, no causó mayor molestia de mi parte y por lo tanto presté poca importancia a la poca credibilidad de su parte ante mi identidad al principio pues después pareció entenderlo y respetarlo al final. El hombre seguía mostrando un fino y pulcro porte, como de la blanca nobleza, de ese tipo de personas que no mueven un plato con sus propias manos y mucho menos lucharía en serio una batalla que le costara la muerte, pero, yo misma sabía lo que era el no fijarse del todo en las apariencias, así que sin prestar mucha atención en lo que mi Master aparentaba me dispuse a dar un par de pasos adelante.

-Al parecer así es, mi nombre y género fue conservado a lo que mejor conveniera a la historia, sin embargo no debe dudar de mi palabra Master, mi nombre es Arturia Pendragon y le pido que se refiera a mi como un Rey pues es a mi parecer mas apropiado- Mi firme mirada continuaba inamovible en mi expresión pero con la calma, serenidad y respeto que todo caballero sabía aportar -Espero que logre entenderlo, Master...- Dije inclinandome un poco en mensión de respeto. Lo miré un momento mas mientras él besaba mi mano e incluso le dije que no era ese acto necesario hasta que me invitó comedidamente a abondar la habitación actual.

Como Rey había estado acostumbrada a ese tipo de acciones de parte de mis súbditos, pero a decir verdad nunca habían sido de mi entero agrado, ni siquiera en la mesa redonda de Camelot encontraba correcto un orden establecido de jerarquías entre mis caballeros y yo. Ahora siendo un servant era menos apropiado. Me dispuse al fin a caminar hacia la puerta de salida como mi Master había indicado, tal vez planearíamos una táctica de batalla o él empezaría a informarme y ordenar reconocimientos o defensas. Estaba lista desde ahora para lo que fuese, ya lo había aceptado como mi Master y el a mí como su Servant.... Solo esperaba que quedara bien claro la situación de mi identidad y mi misión en esta guerra.

No parece haber malos entendidos entre la mujer y ese hombre, aunque el problema de ellos dos es la personalidad de cada uno de ellos que es completamente contradictoria cuando se trata del sexo puesto y de cómo se ve uno mismo ante los demás. Ambos han comprendido el error en los libros de historia y en la difusión de la misma pero Zaebos no se ve al menos de comienzo que vaya a tratarla como un rey a pesar de su forma de mostrarse tan respetuoso, es un galán y hasta un Don Juan se podría decir y para el Arturia es Arturia, una chica bonita y bien armada que seguro tiene más fuerza y aguante que él, pero mujer al final de todo. En ese punto sus ideas chocan ya que ella quiere que la traten como él y será un tira y un afloja sin final.

-Lo veo algo imposible Arturia, en especial cuando tu nombre es claramente femenino. Aun así es bastante conveniente para nosotros. Serás reina, y cuando digo reina todos buscaran o creerán que se enfrentan a la reina Isabel u alguna otra reina, pero estarán siempre equivocados, nunca descubrirán quien eres a menos que seamos demasiado directos. Reina Saber o reina con un nombre inventado bastara para que nosotros nos entendamos a la perfección mientras el enemigo es confundido y engañado por completo-Explica a la dama quien camina junto a él hacia la salida de la habitación lo que cree siendo dentro de todo una estrategia simple y viable, una de las tantas que deberían adoptar para participar de un modo efectivo en la guerra del santo Grial. Abre la puerta de esa habitación y continuaron hacia el frente y entonces al abrir la puerta entraron a un pasillo con varias puertas a los costados para llegar hasta unas cortinas de color rojo oscuro. Al pasar del otro lado de las cortinas dieron a una habitación más lujosa y común bastante amplia y bien decorada digna de un rey.

Spoiler:

Allí se ve una chimenea a la izquierda junto a una mesa y unas sillas, así como también varias puertas. Algunos espejos se ven en ese salón y a la derecha puede apreciarse varias estatuas de hombres de mucha musculatura que fueron esculpidos desnudos.

-¿Desea algo de beber mi hermosa y valiente reina? Tenemos cerca también tocador y si andamos un poco más las habitaciones.-No tiene idea de si comen los Servants o no, sabe que se mantienen con prana pero desconoce si gustan de placeres mundanos y comunes como comer, beber, el sexo y dormir por lo que mejor ser cortes y ofrecer todo lo que puede a su tranquila y seria compañera inglesa.