Primer Jugada, el Caballo Blanco [Achilles]

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!! - un grito se escucho en las lejanías, alguien con mucha ira golpeaba los bordes de un árbol gigantesco, estaba furioso y su rostro así lo expresaba. Tenía una lanza en la mano, mas grande que él pero con esa fiereza podía manejarla perfectamente, la giraba en los aires y hacia ondas con ella. Muchos árboles cayeron ante la fuerza inhumana del héroe, este corría a una velocidad inhumana, tanta que los mismos pájaros y héroes menores se alejaban al pleno paso, presencia o siquiera la mirada del pelida. Y no se podrían imaginar al héroe montado en su carruaje divino, que ni el mismo Zeus puede parar al menos, no usando su poco poder que le da a los humanos. Cada caballo arrasaba continentes enteros en el trono de los héroes, pero como este espacio es infinito, no había problema alguno en hacerlo. De todas formas, al pelida no le importaba para nada mas que él mismo en el carruaje, no había aliados a la vista, no había batallas que ser peleadas, era un universo aburrido y monótono, algo que ningún héroe verdadero pediría para si mismo, algo que ninguna persona querría atravesar solo con una lanza y tres caballos. Pero había algo que ni siquiera el rey de los caballeros, ni el rey de los héroes, ni los semi dioses ni tampoco que las gorgonas o los seres extraños se imaginaban sobre el héroe Achilles, lo más sorprendente de todo el asunto, su invulnerabilidad que superaba lo convencional de los espíritus heroicos - Jaja... - comenzó a reírse el héroe, pero su miraba cambio, ahora estaba serio, preparado para sacar sangre y viseras con la lanza, y por ende siguió su camino por la conquista de la nada.

Estaba demasiado exaltado, quería correr, esquivar lanzas, espadazos, arcos que se cernían y sus flechas caían como la lluvia misma hacia los enemigos en las montañas. Recordaba Troya, la batalla pero no alcanzo a divisar una de las mas grandes obras maestras de infiltración y todos sabemos a que se pudiera referir el héroe. Una luz, si.. - Eso es.. - pensó, lo analizo primero, tenía en sus planes continuar, ¿Era realmente necesario pensarlo?. Corrió a toda velocidad, fue cuando salto y ..... todo fue la nada.

La nada misma, la nada dibujada con estrellas en el unisono del firmamento.

¿Esto era la muerte?, ¿Esta es mi hora de descansar?

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La presencia del héroe rompió los accesos del taller, dejando al descubierto esté, pero la extensión no afectaría nada, el prana se quedaría donde está - ¿Eh? ! - pregunto a viva voz - ¿Que es esto?.. - miraba hacia todas partes, llego en su carruaje, con la armadura platinada puesta y sus cabellos verdes que se teñían rubios en algunos segundos pero era mera coincidencia. Sus caballos rechinaban fuertes y en el medio había una mujer - ¿Quien eres damisela? - pregunto galante el Rider, se bajo del carruaje para verla mejor y quedar a su altura - Haz hecho algo sorprendente el día de hoy.. - levanto el puño quedando a la altura del pecho de la armadura, sonrió confiado y se golpeo el metal del armazón para hacerlo resonar - Soy Rider, estoy a tus servicios.. - se acerco lentamente, se arrodillo ante la pelirroja con su vestido negro hermoso, le tomo la mano como un caballero y guerrero servicial a su ama, le beso dos veces el reverso de está y luego la soltó delicadamente para volver a ponerse de pie y espero su respuesta - ¿Cual es su nombre, bella ama? -